Con Sebastián perdimos contacto unos 8 años aproximadamente, volvimos hablar cuando nos encontramos en una red social, mucho por hablar y contarnos! Yo viviendo en España, él en Uruguay, nos íbamos actualizando a diario en largas charlas. Faltaban 20 días para que yo viajara a Uruguay de vacaciones, cuando recibo un llamado dándome la triste noticia, la peor noticia que nunca hubiera imaginado.

Al llegar me propuse visitar Cabo Polonio, porque era SU lugar, Seba amaba ese lugar. Fue una visita relámpago de un día, con lluvia y tormenta que obviamente no pude conocer la magia del Cabo.

Cuando me radiqué nuevamente en Uruguay fue mi lugar preferido para descansar, por una u otra razón llegaba sola al Cabo y así fui conociendo a varios de los pobladores. Empecé a elegir el invierno más que el verano y de a poco Cabo Polonio me transformó en lo que hoy soy. Conocí gente increíble, con enseñanzas, valores humanos, cuidados del medio ambiente y sería muy largo contarles todo. Lo que si puedo decirles es que tengo grandes amigos allí, y cada día afirmo más que SOMOS LO QUE LE DEJAMOS A LOS DEMÁS, CUANDO YA NO ESTAMOS.